martes, 24 de abril de 2012

reseña de el principito - de antoine exuspery








¨Una serpiente come elefantes¨es la primera de muchas imágenes que Antoine metafóricamente usa en su libro para describirnos sentimientos cercanos al corazón nacidos de la inconsciencia. el odio, el amor, la avaricia, el enojo, la felicidad y la impotencia son solo algunos de los estados anímicos de los que el autor nos quiere hacer participes; ya que según este cuando crecemos nos olvidamos de ellos, evolucionando en un sinfín de movimientos monótonos e inservibles que cuando se es mayor conducen al éxito, Antoine de saint-exuspery portador de una gran imaginacion, describe en su libro aquel sentimiento que dejo guardado junto con su caja de dibujos cuando era niño (solo por que los mayores se lo aconsejaron), y como un pequeño principito le enseña lo maravilloso e intrigante que puede ser el camino de vuelta  a la inocencia, tomando como experiencia sus saltos en diferentes planetas, como el rey que mandaba con la razon y exigía a cada uno lo que pudiera dar o como el vanidoso que esperaba que todos lo adorasen, o como el planeta del geografo, que nunca habia salido de su silla.
solo con el nombre, Antoine hace volar nuestra imaginación hasta las lejanas tierras del asteroide B612 en las que encontraremos baobabs invasores, volcanes inactivos una rosa engreída y otras tantas moralejas como nuestra percepción nos permita, sin necesidad de leer el libro y mas que su titulo nos dice su portada y sus dibujos... en ellos se puede ver la intensidad con la que Antoine vivía su niñez. 
al ojo critico de algunos, puede parecer una simple historia de niños, pero no se puede predisponer el alma; ya que es un libro demasiado complejo.. como dice nuestro amigo zorro ¨lo esencial es invisible a los ojos¨  y es con los ojos del alma que debemos sentarnos a absorber sus enseñanzas.
después de leer este revelador libro es inevitable seguir con la venda llamada adultez en los ojos independiente del tipo de persona que seamos nos veremos reflejados en la paginas de el, ya sea con el zorro que le pide a gritos que lo domestique, entendiendo como tal, la armónica relación de necesidad que precede a una amistad, o con la rosa engreída, esa que refleja el amor y nuestra percepción de las personas, como ¨el tiempo que perdemos con la rosa la hace tan importante o con el hombre de negocios al que su seriedad no le dejaba soñar o simplemente con el principito, que podía disfrutar de tantos amaneceres como fuera posible, identificarnos con este chiquillo que ve elefantes dentro de boas cerradas...
¿Que nos queda? tal vez un cordero que se comió una rosa, o utopicamente un principito feliz..

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