Como siempre por esta fecha, subí al ático de mi casa,
a revolver los cachivaches en busca de nada más y nada menos que el símbolo
solemne de nuestra independencia, sí la bandera tricolor; esa que todos izamos
con orgullo, algunos por costumbre, otros como yo para celebrar el día festivo,
y otros mas como mis abuelos para conmemorar ese 20 de julio de 1810 en el que con
un grito criollo se rompió el yugo español que sometía nuestra patria.
Cuenta
la leyenda que un florero fue el culpable de tan significante hecho; la
efervescencia del pueblo y la injusticia de los españoles llevaron a los
americanos a levantar sus gritos de guerra, y vaya que eran gritos, porque en
aquella época nuestros antepasados, eran verracos como los indígena, esos que
se alimentaban con chicha y arepas de maíz. Volviendo al presente, mientras
acaricio el rojo del tricolor nacional, me pregunto ¿Dónde ha quedado esa valentía, y esa sangre que
derramaron nuestros patriotas por defender la independencia? ¿Cuándo podremos
gritar de nuevo, agitar nuestras banderas en pos de la libertad?, ¿cuándo el
lema de nuestro escudo se hará real?, ¿cuándo
tendremos justicia y orden? El verdadero significado de esta fiesta (20 de
julio) se ha perdido con el pasar de los años, cada vez el país es menos libre
y nosotros menos colombianos;
Colombia se sumerge en un lago negro llamado
conflicto armado que absorbe poco a poco al país desde las entrañas, que nos
abofetea en la cara y que nos hace mas dependientes, ¿de quien?? Pues de esos
titanes que llegan con bota de hierro a ¨defendernos¨ dejando a su paso la
contaminación de nuestros ideales sabios y puros… Los países desarrollados nos ven como un
blanco de fácil inversión, donde sus intereses se multiplican como los panes y
los peces de aquel hombre judío, proponen y disponen tratados que a fin de
cuentas son como un juego de MONOPOLY, en el que si no tienes dinero para
pagarle a la banca, sales del negocio por la puerta trasera o declarándote en
banca rota. Juego que estamos condenados a seguir viviendo mientras no
entendamos esa frase solemne del caudillo Jorge Eliécer Gaitán que aseveraba
así ¨el pueblo es superior a sus dirigentes.
Y ni
hablar de las cadenas que nos han sido impuestas internamente, como la
corrupción en nuestro sistema de legislación, esa que hace posible las micadas
de la elite, y los elefantes de cuello blanco, o si se prefiere de las cadenas
mentales que se tejen día a día entre el colombiano promedio y sus fuentes de
información y entretenimiento (RCN_CARACOL), que ofrecen un menú variado para
que la inteligencia – esa poca que nos queda – se pierda entre el acento peruano
de Laura Bozzo y el tic nervioso de elianis….Pero eso es tema aparte.
Vaya
que es curioso el patriotismo...Pasamos años sin saber que
tenemos y, de golpe... ¡Música militar! ¡Banderitas! ¡Aclamaciones! ...y se
convierte en la emoción más grande de la vida.
Entonces….
¿Donde queda la llamada independencia? … Será
que queda colgada en un asta un día al año. Yo mientras tanto sacudiré el
polvo
que acumula el olvido en mi bandera y seguiré celebrando el día feriado, que
es lo único que hace especial para mi, a
este 20 de julio.
Articulo
dedicado a mi madre que con su crítica, me ha dado pie para escribir
Para
la palabra libre Kelly Rico
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