El reloj que colgaba hace tiempo en la misma pared marcaba
las 6:30 de una mañana soleada de abril, el 6 para ser mas exacta lo recordaba
por que años atrás había muerto mi escritor ruso favorito Isaac asimov; vi por
la ventana de mi apartamento como el amarillento sol se posaba sobre los
edificios de Bogotá, el olor de un delicioso café brasilero perfumaba todo el
ambiente, era mi hermana mayor que con su acostumbrada rutina se levantaba muy
temprano a ver el amanecer. Mientras lavaba
mi cabello; no podía dejar de dibujar en
los azulejos de la ducha, las góndolas venecianas, que sin duda alguna tenia
que tripular al llegar allí.
Escogí cuidadosamente mi atuendo, el que llevaría
cuando pisara por primera vez el suelo de
Venecia, en mi mente repicaban aun las palabras de Francesca -una vieja amiga-,
recordándome las bajas temperaturas de su ciudad natal.
Peinaba mi cabello frente al espejo y note en aquel reflejo,
una mujer triste, con una mirada vacía, que no se explicaba su antipatía; entonces recordé aquella bella cara, que no podría estar junto a mi en este
viaje, te extrañare mi amor ….fueron las
únicas palabras que logre vocalizar. en la sala de mi casa y envuelta en un profundo abrazo, pude
sentir como el corazón de mi cómplice saltaba de alegría, mi querida hermana siempre se había regocijado de mi vida nómada,
y con cada viaje que emprendía enloquecía de emoción, el ruido del taxi
aparcando cortó nuestro intimo momento, baje las escaleras y subí al taxi,
mientras avanzaba camino al aeropuerto observe el reloj de muñeca
que me había regalado mi hermana para
navidad, 8:30 El vuelo salía a las 10:00 tenia tiempo de sobra para despedirme
de ella, con un brusco movimiento detuve
al conductor y le di la nueva dirección a la que deseaba llegar. Trataba de
recordar aquel edificio viejo, que era su hogar, al que habíamos ido en nuestro
primer encuentro, al vislumbrarla
sentada en la entrada, detuve el taxi y
baje corriendo –emocionada- a su
encuentro. No permití que hablara, tan solo la abracé y sustraje de su cuerpo
la fuerza que me faltaba, sello su
recuerdo con un tierno beso en mi mejilla, y se alejo de mi vista tan lenta y
pausadamente como si el peso de nuestra historia reposara sobre ella, subí de
nuevo al taxi para ahora sin mas contratiempo llegar al aeropuerto.
Ya sentada en la silla del avión, le pedí a la azafata unos
auriculares, tomando la posición mas cómoda, resigne mi cuerpo a las 20 horas
de viaje… la voz de la azafata atreves del micrófono avisando nuestro
aterrizaje logro sacarme de mi reparador sueño: ¨ sono le 2: oo Pm del 7 aprile a Venezia¨ pronunciaba en un perfecto italiano,
¨bienvenute a Venecia¨ ya era 7 de abril, habíamos arribado al aeropuerto
marcopolo a las dos de la tarde. Al bajar del avión pude sentir el aire frio
rosar mis mejillas, me apresure a tocar el suelo sintiendo por fin como mi
viaje mas anhelado se hacia realidad,
sin perder la vista de la sala de espera, en busca de mi amiga Francesca
recogí mis maletas de la cinta automática, y al darme vuelta allí estaba, con
su cabello negro y ondulado y sus prominentes cejas; delatando su origen. nos
dirigimos a un pequeño puerto a las afueras del aeropuerto, allí reposaban unos
hermosos yates, que serian de ahora en
adelante nuestro único transporte. De camino al hotel pude observar las formas
arquitectónicas de la ciudad que a pesar de haber sufrido remodelaciones tras
remodelaciones, seguía conservando el estilo de la edad media, edificios antiguos
que limitaban al sur con los canales, y al norte con el cielo me hacían sentir
en la Venecia renacentista de los libros, esa que giraba en torno al arte.
La
residencia san cassino, ubicada en la calle de lla rosa seria mi hogar por esas
cortas vacaciones, después de dejar las
maletas y darme una deliciosa ducha, oí la puerta, era Francesca que me
invitaba a conocer ¨la ciudad del agua¨, busque mi mejor y mas cálido atuendo y
entregue mi cuerpo y mi mente a esta nueva experiencia. Después de revolotear
un largo rato por la plaza de san marcos, observando los monumentales castillos
de épocas antiguas, nos dirigimos a la zona rosa donde nos sentaríamos el resto
de la noche a ver pasar las góndolas, y a
contar nuestras tristes pero formadoras experiencias. Tras deleitar nuestros
ojos con un bello amanecer sentadas en
la barra de ese bar; decidimos ojear las casas históricas de la ciudad, pudimos
recorrer los más bellos museos desde el Ca ‘
Pesaro de arte oriental hasta el California
‘ d’Oro, Cannaregio exponente de las obras góticas mas importantes de venecia.
A la hora del almuerzo del presente día,
Francesca decidió mostrarme los restaurantes mas apetitosos de la ciudad
alimentados por la laguna que cubre buena parte de la costa veneciana,
empezamos nuestro desfile de platos, con una variedad enorme de alimentos del
mar, y yo sin poder rehusar, abrí mis sentidos a los mas bizarros alimentos que
hubiera conocido y/o degustado antes; gambas dulces, pulpos salados y agrios,
carne cruda con el toque especial de la ¨NONA¨ convirtieron a venecia en la
ciudad numero uno de mi lista gastronómica.
Tras esa maravillosa odisea solo
quedaba el acostumbrado paseo en góndola, que seria sin duda el culmen de aquel
viaje; Francesca en un español algo atropellado me pidió darle orden al
gondolero; ¨venezia mostrami¨ pedí y sin demora alguna la pequeña
embarcación se puso en marcha, sentada en aquella góndola y al ritmo de la voz
del gondolero que cantaba, di fin al mas maravilloso viaje de toda mi vida, al
llegar al hotel reorganice mis maletas, y me dirigí al aeropuerto, al dar la
vista atrás en el taxi acuático, pude ver que aquel sueño que una vez me había
imaginado por fin era realidad…
bibliografia
RESEÑA DE UN VIAJE IMAGINARIO A VENECIA
para la palabra libre Kelly Rico
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